CUENTO NUEVO CUENTO NUEVO!!!!! CUANDO LA GALLINA PONE UN HUEVO, CACAREA COMO ENFERMA, CUANDO ESCRIBO UN CUENTO NUEVO, DESTAPO UNA CHELILLA Y DISFRUTO AL CORREGIRLO, ATÁSQUENSE
Voces antiguas
Dicen que un buen día Dios, aburrido de que el hombre actuara como sus hermanos simios le dio cabeza para pensar. El hombre comenzó a pintar cuevas con animales y plantas. Dios estuvo complacido un tiempo mirando tantas obras primitivas por todas partes.
Pero pronto se aburrió de las pinturas rupestres, así que decidió darle destreza a las manos humanas, y el hombre aprendió a hacer música con hojas, troncos huecos y piedras; cientos de sonidos y ritmos parecidos a los de la madre tierra sacudieron los oídos de Dios. Él estuvo entretenido un buen tiempo, escuchando y viendo a su creación saltar y bailar.
Pero después de cientos de años se cansó del espectáculo y en unos cuantos días le dio voz al hombre, y le creó un lenguaje lleno de sonidos y tonos. El hombre comenzó a hacer sonidos, tartamudear, comunicarse lentamente con los demás y decir exactamente lo que pensaba. Sin embargo, al poco tiempo de estar gritando y hablando al hombre se le secó la boca y sus labios comenzaron a agrietarse, por lo que Dios, preocupado por su obra, creó la saliva y la puso en la boca del hombre para mantenerla húmeda. Se oyeron voces, se habló y se habló durante mucho tiempo. Dios estaba orgulloso y divertido con el humano. Los hombres crearon nuevos idiomas, los primero se empolvaron y se llamaron dialectos. Se crearon miles y miles de palabras; tantas como estrellas en el cielo.
El hombre se comunicaba, los idiomas se iban haciendo más grandes. Cuando el hombre se molestaba con otro utilizaba palabras raras y nuevas para Dios, quien, al no haber creado éstas últimas, decidió llamarlas malas palabras.
Con el tiempo el lenguaje se desvió del motivo por el que fue creado: “Hacer que el hombre demuestre afecto y preocupación por los suyos por medio de la voz”. Los humanos lo usaban como medio para ofender e infundir miedo a sus semejantes. Disputas comenzaron por conversaciones simples. Pocas palabras salidas de la boca de un líder incitaban a la violencia y se desataban guerras en nombre de patrias y países inventados.
Dios caminó pensando en lo que había hecho hasta que llegó al ombligo del universo, se sentó un buen rato y tuvo una idea. Dios, al ver tanto mal y destrucción que había causado el lenguaje no optó por quitárselo al hombre, pero creó al hombre sabio, al que debía ser el ejemplo de rectitud. No lo creó alto y poderoso. No le dio un vocabulario extenso y un tono de voz grave y severo. Dios, después de mucho pensar, tratando de ayudar al hombre, mandó a la tierra a los mudos.
jueves, septiembre 02, 2004
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