domingo, marzo 14, 2004

Este es otro ejercicio, aquí se sortean palabras y prefijos, de allí salió el personaje que creo que será protagonista en algunas de mis historias, ahí va.

La vida en el caracol

Dos mil uno. El Zapatour. El Sub Marcos y toda su tropa venían desde San Cris para hablarnos de las madrizas que les paraba el gobierno. Entre el calor, la música del Panteón Rococó y miles de encapuchados de tochos colores, de repente me vi con el puño arriba gritando ¡Zapata vive, la noche sigue!

Así, y después de algunos días sitúome un camión guajolotero llegando a Chiapas. Otros treinta locos y rebeldes como yo vienen a vivir a las juntas de buen gobierno. Todos esperamos llegar y ver al Sub dándonos la bienvenida con un rifle y una pipa pa´ cada quien.

Ni maíz, estaba la generala Chonis con escobas: “Pa empezar a forjar la comunidad”. Ches soldados ni que nada, nos pusieron a barrer, a hacer de comer y lavar platos.

Yo no quería nada de eso. Para mí estaba el lugar de Asistente del Sub. El que le habla por el microfonito ese y sale con él en las fotos. Pronto comencé a destacar de entre los demás borregos hasta que un día, regresando de una rondita nocturna vi a uno e los nuestros caminando con una pipa, no vio una piedra y ¡Zas! Que se cae.

- ¡Míralo pende..!
- ¿Qué dices? – Sonó una voz grave desde el suelo, era el Sub
- No, nada, dije ¡No manhces es Marcos!
- Pues si, soy yo, pásame mi pipa.

Caminamos de regreso al caracol y hablamos de muchas cosas; de cómo era vivir encapuchado, de qué decían de él en México, de cómo detestaba al Panteón Rococó y de su canción con Joaquín Sabina.

Así me gané mi casita, con luz y agua y todo, al lado de la del sub. Hoy me convierto en Asistente Personal del Subcomandante Marcos.

Salgo de mi casa y los niños están impacientes por la ceremonia y la comida. Como costumbre indígena y a partir de hoy –qué importante me siento- me nombrarán con el primer objeto que aparezca cuando el sub abra la puerta. Voy a ser “Asistente tierra”, “Cadete nube” o “General piedra”, o ya de perdis “Soldado Marihuana”. Ya va a salir.

- ¡ Niña, quítate de ahí que estorbas!- le grita una señora a una niña parada frente a la puerta.
- ¡Pero es que se me cayó…!

El sub abre la puerta, mira a su alrededor, baja la vista al suelo…

- Bienvenido al caracol, Subcomandante Huarache.



1 comentario:

Anónimo dijo...

moraleja, por eso no es bueno suponer ... jajaj