Qué gusto me da cuando gano un concurso de minicuento en el sitio de Alberto Chimal, mi maestro único y de siempre. No es que gane muy a menudo, han sido, con éste, yo creo que tres, por eso me da mucho gusto. El cuentito me gustó mucho desde que lo redacté ahí (algo tiene ese cuadrito de texto (se derrama un poco de la ondita creativa de Alberto sobre nuestras cabecitas virtuales) y, por obra y gracia del tiempo y del juicio del propio A, me gané el trofeo virtual de septiembre. Abajo, el trofeo. Más abajo, el cuento en cuestión. Aún más abajo, la imagen con la cual se trabajó pa' redactar las líneas de menos abajo. Un abrazo a mis poquitos pero conocedores lectores =) Chango pagüer!
Sin título
Sin título
Los tres Reyes Magos no eran magos, pero eran relativamente sabios. De haber sido su época el Siglo uno, o el año cero, habrían encontrado vicisitudes como tormentas de arena, comunidades hospitalarias y feroces, se le habría muerto el caballo al más joven, Melchor, y quizá a alguno lo habría herido alguna flecha romana en el brazo. Dado que el pequeño Jesús vino a nacer en 2009, el imperio tiene recursos más envolventes que la persecución en camello. Gaspar, con un gesto de resignación y tranquilidad, toma la maleta derecha de su motocicleta, saca un impermeable grueso para hacer frente a la lluvia ácida, alza la vista con un ruido de motor de avión por encima de su cabeza, lo cubre la sombra del mismo y, de inmediato, se coloca una máscara anti-gas. La estrella de Belén se ve difusa detrás de una nube oscura y mortífera. Los reyes sonríen y saben que el camino será un poco más tardado.
1 comentario:
Felicidades carnal! Como ocurrió en el cuento d elos Lobos le diste la vuelta completamente a la alusión leogica de la imagen con un relato totalmente sorpresivo.
Ambos cuentos me gustaron muchísimo!
Un abrazo!
Publicar un comentario