sábado, junio 18, 2011
viernes, junio 04, 2010
(Elucubrado en la bitácora de Alberto Chimal)
miércoles, mayo 26, 2010
Anda, Anjana, camino de la madrugada
crujen estas soledades en el temblor de la aurora
anda, en mi ventana, en las piedras, la calzada
en tus sandalias, tu vestido azul, mi canción se atora
Ven, acá te espero. No sé si existes, pero quiero
te aparezcas, con tus alas, me sacudas todo el tedio
a tus amores no convencionales, ahí me aferro
donde te escondas, si no existes, aun divierte el asedio
Anda, en ti y en tus infinitas musas
en la flama de la cera que -hace mucho- yo te enciendo
en el papel y en estos dedos, todos versos, los acusas
un lugar violento, pero tranquila, sí te entiendo
Acá, Anjana, por la escalera del tiempo
donde crujen miedos, soledades, surcos de tus manos
que te arrastre violeta en su perfume, queridita, el viento
si de todos modos no existes, Anjana, buscarte me vuelve humano.
lunes, mayo 24, 2010
Daniela es un capricho, y no uno mío, sino uno de ella misma
De la circunstancia
De su acento fresa y sus zapatos altos, de la vida que se extiende más allá del Toreo,
Daniela tiene amores periféricos colgados de sus rizos castaños y rojizos,
Satélites que piden pan y no les da
Que trae de collar sonriente, y calienta un poco sus huesos ingenuos
Antes de que decidan desenrollarse del idilio improbable de sus piernas claras.
Daniela te mira sin hacerlo, tranquila, sabe que en sus manos el corazón fibrila
Daniela no te dice si tiene compromisos, pero vamos, una chica como ella difícilmente puede estar sola
mientras firmas el convenio de empeñarle tu alma, aliento y pensamiento por las pocas nueces que te ofrece en su balcón
Y te entregas feliz y mediocre a sus designios
No tiene novio, ni tampoco reparo en besarlo frente a tus narices
Con ése su estilo te cautiva y te mece en sus vaivenes de incertidumbre y sus ojos juguetones
Daniela es un dulce de sabores misteriosos y desconocidos
Es la manzana que trepa a la punta del árbol
seduce a una docena de Adanes en sus intocables matorrales
Y aunque nunca me dijo que sí ni me casaría con ella,
Hoy vendía cinco abriles y mis cañitas de jazz por que vinieras
a sacudir mi mundo y de qué manera
Con los rayos que se cuelan de tus chinos, primavera
si te cruzaras mañana por alguno de mis caminos
Y se burlara así de ambos el destino,
Con todo y caprichos, tus olvidos, el día que quieras te sigo, Daniela
martes, abril 20, 2010
domingo, febrero 14, 2010
Aurora
Fatigados, ese día decidimos bajarnos del mundo. Instalaron, muy cerca del primer cuadro del Centro, un portal de Aurora. Tardaron seis meses en montarlo, trece ingenieros holandeses, once contratistas y trescientos dieciséis albañiles (de los cuales siete murieron antes de tirar el colado y tres en la propia aurora días antes de su inauguración. En enero de dos mil doce, el presidente cortó el listón, que de inmediato fue arrastrado por ese vórtex luminoso, redentor. Hizo las tijeras a un lado y se lanzó, con todo y banda presidencial, al agujero boreal. Quizá sin él podíamos haber recuperado la ciudad, al país, un pedacito siquiera. Pero el túnel ya estaba allí, y nosotros teníamos dos días formados en la calle de Moneda. La espera habría sido un desperdicio.