El blog de Alberto Chimal, frecuentemente postea ejercicios de creación en base a una imagen, de hecho son concursos y no ejercicios, o los dos al mismo tiempo; o algo entre eso. Tons en este mes subió esta imagen (por cierto cada vez sube cosas más raras). El chiste es que viendo la imagen tienes que fumarte quiénes son los personajes, cuál es la situación; una sinopsis pachequeada de todo eso. Tons su servilleta el Sub ,se fumó la siguiente historia.
Teófilo era un contador venido a menos; tuvo sus tiempos buenos mientras Biltrax, la compañía farmacéutica en la que laboraba, presentó el sustituto cien por ciento efectivo del preservativo. Ahora la compañía era vieja y lenta, como la vida de Teófilo.
Su mujer, la siempre elegante y rubia Elvira, era una dama gustosa de escaparse de la rutina, del coqueteo y juego de cama, de las sorpresas, la buena vida y la diversión espontánea. Con el tiempo, Teófilo dejó de representar todo eso en la vida de la joven rubia. Transcurridos los años, mientras el contador se vivía frente al ordenador en la oficina, Elvira hacía desfilar puñados de amantes distintos que satisficieran sus más caprichosos gustos; así, no faltaba en su cama un enano, un hombre extremadamente alto y delgado, un obeso bajito más moreno que el refresco de cola, el calvo, el greñudo hippie fortachón, el brasileño bailarín de mambo. Se dio gusto con todos los hombres que quiso, probando ideas pedófilas, fetichistas, raciales, zoofílicas, tal vez.
Fue un día como cualquier otro miércoles en que Teófilo se dio cuenta del engaño de su mujer; no lo notó antes, pues insisto, su vida marital había caído demasiado. Pero en la tarde de esa media semana vaya que descubrió los secretos de su Elvira, llegando temprano a casa, mirándola sin que ella se percatara, debajo de un moreno tan grande como un oso, rodeada por cuatro pequeños orientales desnudos, filmada por dos travestis rusos, o eslovacos, Teófilo nunca fue bueno con la gente de mundo.
Cuadrado, como contador que es, y frustrado, como contador que es, Teófilo salió de su casa y en un jardín frente a una fuente se puso a pensar. Y llámenle día nublado, o niebla de mente, pero en lo único que pudo pensar para rescatar su matrimonio no fue ni reprocharle a su mujer, ni desenmascararla, mucho menos convencerla con romanticismo al bohemio más puro. Teófilo decidió, frente a la fuente de dos hadas semidesnudas que escupían agua gris con hojas secas, que la manera más propia de recuperar a Elvira era jugando en el mismo terreno; las perversiones.
Diestro en el uso de su ordenador, pronto publicó un anuncio que, pensó , era irresistible para Elvira, decía más o menos así ; “Harta de las relaciones aburridas, tradicionales y monótonas? , Se ha cansado del trío de orientales desnudos que pierden su misterio, su pudor y su gracia después de la primera hora? No busque más, el masoquismo es para usted. Encuentros casuales, con un dolor ciento por ciento disfrutable, garantizado desde el primer latigazo. Respuesta asegurada. Rostro”
Teófilo, mejor aún, Rostro, tuvo razón. Elvira buscó anuncios de encuentros y cuando halló las líneas de la trampa cayó como mantequilla en un waffle. Dejó un mensaje en el correo electrónico que Rostro proporcionó y en menos de dos días el lugar y fecha estaban arreglados. Aquel viernes Elvira se vistió muy emocionada por la ocasión con una falda roja, contrastante con aquella blusa verde que Teófilo le obsequió en su visita a Houston.
Rostro, ataviado con un traje muy ajustado negro y un antifaz entre el zorro y el fantasma de la ópera que fue lo único que pudo encontrar para disfrazarse (Sí , entiéndanlo, es un contador), la vio vestida de aquel modo y se encendieron en él las ideas más inusuales que pudieron cruzarse por su cabeza. Se tomó el rol de Rostro masoquista muy en serio y en cuanto la tuvo cerca la ató a la silla, le vendó los ojos y le dio un par de palmaditas en las mejillas y la espalda. Elvira, dominada, se perdía en espacios múltiples de desconcierto y placer. Teófilo, por un momento, hizo todo lo que un contador no hace; pensó de otra manera, de hecho pensó de muchas otras maneras y acarició el cabello de su mujer como nunca lo había hecho, recorrió con dientes como animales la espalda y piernas de la rubia, que cada vez se retorcía en espasmos más violentos.
Extasiada, Elvira le pidió que la desatara, repitiendo “Rostro, te adoro” con tal vehemencia que Teófilo sintió coraje, por un lado, por el engaño supuesto de su esposa, y por otro alivio, porque el engaño era con él mismo. Le preguntó si había estado con alguien más, ella lo aceptó sin disimulo, pero alegó que jamás había sentido algo como eso que le hacía sentir Rostro. La rubia le exigió que la desatara para continuar con su encuentro de manera más cercana.
Rostro, o Teófilo, un poco nublado por la temperatura de las circunstancias, dominado por ese masoquismo tan atrayente, no supo si confesar y quitarse el disfraz y descubrirse como el aburrido contador, o seguir con esa trampa que incluso a él le parecía delirante. Entonces….
Julio, el maestro albañil de la obra ubicada en Antonio Caso número 320 que viaja en la línea dos del metro, detiene su lectura del libro vaquero “edición metrópoli hot encuentros”, al darse cuenta de que trae puesto un antifaz que no se decide entre el zorro y el fantasma de la ópera. Se mirá en el reflejo del vidrio ventanilla del metro y no le incomoda su imagen con antifaz, y continúa leyendo su libro pequeño.
3 comentarios:
¡Cuaz....! caray que corte más parejo me dió, la verdad es que cortó la historia justo donde debía cortarla.
Pero hombre, me ha quedado un sabor extraño... miré que ahora intento definir no la máscara, sino como me salgo de la contaduría por aquello del:
"(Sí , entiéndanlo, es un contador), "
y conste que yo estoy desde luego en la otra parte del bando.
Digo, no, ¡ que no hombre, me dejó de seis con el corte, y conste que yo no llego a tanto pensar, vaya mucho menos a tanto escribir...!
Vaya, ¡ qué me ha gustado palabra...! sólo que mi empeño de la palabrería me pierde.
Su amiga
Daanroo
de metiche aquí nada más, por culpa de Don Antonio Chimal, que me tiene de tiempo aquí, siguiendo sus pasos.
¡Un placer caballero...!
Daanroo!
Caray! me va a malacostumbrar usted con tan afortunados halagos, qué bueno que le haya gustado, qué cree? que esa historia gano EL CONCURSO MENSUAL DE ALBERTO CHIMAL, PRONTO POSTEO MI TROFEO!!! Qué bien que le gustó, yo me boté de la risa, como en todo, haciéndolo, un placer escribirlo , espero que se haya divertido un poco con él. Contador!! nada personal, de veritas, solo se me ocurrió al momento, quizá porque en mi escuela convivo con muchos contadores, pero nada personal, son chidos, (Algunos!!)
Un abrazo,
Sub
Hey! Biltrax is MY nickname! what means in this text?!
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