domingo, julio 12, 2009

Del trofeo, la partida y la promesa infinita de no dejar morir mi blog


Pues bien, ahí tienen el trofeito en cuestión. Me puso muy de buenas, y me gustó escribirlo (especialmente ahora que no puedo escribir ni leer cuentos). Por otra parte comento, ahora sí, que me voy de intercambio a Sciences Po, en París, para cursar el tercer semestre de la maestría. A los dos lectores de este cuchitril virtual, siento no haber avisado antes. No, ya sabía desde hace mucho del intercambio, pero no me gusta mucho hablar de ello porque siento que, visto desde cualquier ángulo (incluso escribiéndolo acá) es fanfarronear.

Por el contrario, aviso aquí, de modo que este blogcito sirva para albergar las cosas que más pienso que me harán falta de acá, y platicar, para quien se deje, cómo me va por allá, qué tal me va con la gente, qué tanto hay de bueno -y malo- en esos lares franceses. Me detengo aquí porque ya comienzo a tener ese dejo de nostalgia y de letras sepia que aburren a todo el mundo. Los changos se mudan por seis meses a esparcir pulgas y ganja amarilla a la ciudad de la luz. Abrazos infinitos, vibra buena, me quedan un puñadito de días acá, los voy a echar de menos.

1 comentario:

drneon dijo...

Y nosotros más, carnal. Se te va a extrañar tremendamente, pero se que estarás en las buenas manos de una que otra francesita que pronto te hará olvidar esa prematura nostalgia.

Esperamos aqui mismo las crónicas carnal.

abrazo