jueves, julio 16, 2009

Irse es tanto un relajo que, a la hora, a uno le dan ganas ya de quedarse. Pero estando en el medio, los costos hundidos de haber llegado hasta allá empujan a que saques otra tonelada de copias de tus credenciales y, sin saber bien cómo y por qué, estés a puntito de irte seis meses más lejos de lo que alcanzan a ver diez pares de tus ojos. Y entonces sí, después de la emoción, el aburrimiento y las ansias, viene el miedo.

2 comentarios:

drneon dijo...

¿Quién dijo miedo mi hermano? De cualquier forma, por intangible y remota que sea esta vía no estarás solo en tus viajes por europa.

Eso si, procura ir al dentista y al médico antes de partir, ¿cuando es la fecha definitiva de tu partida?

José Antonio dijo...

el 19 de agosto, Pete. Gracias por estar cerca.