lunes, julio 20, 2009

Marabunta

{Minificción escrita en el blog de Alberto Chimal, lashistorias.com.mx , ya saben, pal concurso mensual}. Abrazos gorilescos. Vibra buena

Empezó con una foto. Se coló , de quién sabe dónde. En un taller desarmaron la cámara para encontrarla vacía: el insecto no estaba dentro del aparato, pero tampoco estuvo en el lugar donde se tomó la fotografía. Días después, en una televisión de un chino divorciado de 67 años aparecieron dos, y luego en Indonesia, en la pantalla de plasma de la computadora de una modelo de calcetines rosas marcharon decenas, como una lluvia de interferencia cuando no hay señal de televisión. Después todo fue un caos. No estaban ni en internet, ni en cables, tampoco en las locacioens donde se filmaban películas. En los cines, donde aparecían en la pantalla en tamaño descomunal, no, ahí no estaban. La curiosidad de ver un bicho en la pantalla de un aparato digital se convirtió en asco, cuando infestaron los ipod’s y teléfonos celulares. La moletia de no ver los números que se marcan o el fondo de escritorio se convirtió en un obstáculo para operar máquinas, para administrar tiendas, para mover trenes, hacer cirujías, arreglar un coche. Todo tenía pantallas en el 2011, y todo lo que tenía pantallas fue infestado y carcomido por enormes cucarachas. No hubo detergentes, ni virus, biológicos o informáticos, para combatirlas. Su número cada vez más creciente bloqueó todos y cada uno de los pixeles en el mundo. Hartos, decidimos apagarlos. Quizá haya sido lo mejor; regresamos a una vida de campo, más tranquila, más autónoma. Pero agradecerles, nunca. Eso responde, tal vez a tu pregunta. No pican, no se comen nuestra comida, no traen enfermedades, pero, por tradición y venganza de la civilización que alguna vez fuimos, dejamos caer nuestros zapatos sobre ellos, pesados como juicios.

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