jueves, octubre 11, 2007

"...Argos, le grité, Argos.

Entonces, con mansa admiración, como si descubriera una cosa perdida y olvidada hace mucho tiempo, Argos balbuceó estas palabras: Argos, perro de Ulises. Y después, también sin mirarme: Este perro tirado en el estiércol.

Fácilmente aceptamos la realidad, acaso porque intuimos que nada es real. Le pregunté qué sabía de la Odisea. La práctica del griego le era penosa: tuve que repetir la pregunta.

Muy poco, dijo. Menos que el rapsoda más pobre. Ya habrán pasado mil cien años desde que la inventé."


"El inmortal", en El Aleph. JORGE Luis Borges. (Carajo, Borges era un chingón)


Incluso si no contestas el teléfono, casi podría jurar que sentiste la misma palpitación en el diafragma, que se sube hasta el cerebro y piensas ¡Caray, en serio que me gusta!.

1 comentario:

drneon dijo...

No conozco mucho a Borges, pero le he leido un par de cuentos que se me han quedado muy presentes.

Como el del desdichado "Funes, el memorioso". A como se quiera ver, la memoria es dicha o desgracia, y ;a falta o exceso de ella puede llevar a cualquiera a escenarios terribles.

Un abrazo mano, buen Post.