martes, noviembre 20, 2007

Cómo detesto las quincenas : 16 nov. 2007

Mitades inconclusas de periodos lunares dibujados imprecisos
caminante me dices como si no fuese yo el diluvio de otrora
me despido de sonrisa y de mueca, porque la vibra así lo quiso
dejo un sepulcro infame, un solo intenso, sin prisas ni demoras.

Confiado en encontrar cadencias más melódicas parto sin rumbo
cargado de brújulas y amuletos y rones de piratas de mundo
tomo el timón de mi galera mercante que recoge las velas del corazón
yo te vendo dos cuartetos, dos tercetos de esos fuertes del cajón.

Recostado en la banqueta, vagabundo miro una estrella nueva
ataviada por pares de ojos, fuego fatuo cielo carne
le llamo de a ratos y a veces la invito a mi cueva

No me pienses, ni me busques, ni te tardes, ni te ablandes
que la segunda o tercera ley de Newton acompañe nuestra fricción
a toda acción corresponda una reacción inversa que termine la función.


Lo sé, oh Dios, lo sé, prometo postear para la próxima todo menos un soneto (y menos un soneto ardilla). Es solo que, TESIS. No se destruye, no implota.

Y cuando despertó, la tesis todavía estaba ahí. ( Qué chafa, lo sé, ódienme, escríbanme e insúltenme)


Jaja, ríanse, aunque sea de mí. Échenle galleta al año, se fue de volón, ¿no?
Abrazos bohemios del simio comedor de gusanos de mezcal.

No hay comentarios.: